CARLITAQUINN 4 years ago
Sorry plis, devolverme mi cuenta, no lo volvere a hacer, haced q los moderadores me debuelban la cuenta, hermanitooooooooo QnQ
CARLITAQUINN T_T 4 years ago
NOOOOOOOOOOOOOOOOOOO, Q ME HAN VUELTO A BANEARRR NO ES JUSTO, A Q DEJO KOGAMA DEL TODO, ESQ DEJO KOGAMA DEL TODO, ENCIMA Q NO HAGO NA MALO OFUUU
CARLITAQUINN_Hax shared a video4 years ago
nuevocamilo shared a video4 years ago
CARLITAQUINN_Hax shared a video4 years ago
CARLITAQUINN_Hax 4 years ago
ILLOSSSSS TOS, Q ME HAN COMPRAO GENTE EL MODELO DE LA TELE DE AYEER , ME MUEROOOOO GRACIAS POR AYUDARME T_T JAJAJAJ
CARLITAQUINN_Hax shared a video4 years ago
CARLITAQUINN_Hax shared a video4 years ago
Bio
DONDE LOS ÁRBOLES CANTAN
El chico se sentó junto a ella.
—¿Estás bien? ¿Qué te pasa? —le preguntó con dulzura.
—Estoy triste —confesó Viana—. He perdido a mi mejor amiga.
Antes de que se diera cuenta, le estaba relatando todo lo que había sucedido durante su viaje. Uri la escuchaba con el seño fruncido y el semblante reconcentrado, y Viana dedujo que no entendía muy bien lo que le estaba contando.
—Y Belicia ha muerto —finalizó—. Por mi culpa.
Rompió a llorar de nuevo. Uri la abrazó con cierta torpeza y le acarició el pelo para consolarla.
A Viana se le aceleró el corazón, pero no se detuvo a analizar sus sentimientos. Dio un respingo porque el hombro aún le dolía mucho; Uri lo notó y aflojó un poco su abrazo. Ella hundió la cara en su pecho y cerró los ojos, reconfortada por su presencia.
Le acarició la espalda por debajo de la camisa. No podía dejarse llevar por aquel sentimiento, fuera el que fuese, ni permitirse disfrutar de la presencia de Uri. No después de lo que había pasado.
no pudo evitar romper a llorar de nuevo.
Uri la estrechó otra vez entre sus brazos. Viana se abandonó en ellos sin poderlo evitar y permitió que él siguiera acariciándola para consolarla. Cuando cesaron sus lágrimas y el dolor empezó a ser sustituido por algo más grato y apremiante, la muchacha se dio cuenta que también el chico del bosque respiraba entrecortadamente.
—Uri —susurró, maravillada—. ¿Qué estás haciendo?
Lo sabía perfectamente, pero él no parecía estar muy seguro.
—No lo sé. Viana, no sé qué me pasa.
Ella reprimió una sonrisa. Por fin, Uri comenzó a comportarse de acuerdo a la edad que aparentaba.
Y, siguiendo un impulso, hundió los dedos en el cabello del chico y lo atrajo hacia ella. Cuando lo besó en los labios, Uri dejó escapar una brazos y la estrechó contra su cuerpo. Viana jadeo, pero no intento apartarse de él.
El chico se sentó junto a ella.
—¿Estás bien? ¿Qué te pasa? —le preguntó con dulzura.
—Estoy triste —confesó Viana—. He perdido a mi mejor amiga.
Antes de que se diera cuenta, le estaba relatando todo lo que había sucedido durante su viaje. Uri la escuchaba con el seño fruncido y el semblante reconcentrado, y Viana dedujo que no entendía muy bien lo que le estaba contando.
—Y Belicia ha muerto —finalizó—. Por mi culpa.
Rompió a llorar de nuevo. Uri la abrazó con cierta torpeza y le acarició el pelo para consolarla.
A Viana se le aceleró el corazón, pero no se detuvo a analizar sus sentimientos. Dio un respingo porque el hombro aún le dolía mucho; Uri lo notó y aflojó un poco su abrazo. Ella hundió la cara en su pecho y cerró los ojos, reconfortada por su presencia.
Le acarició la espalda por debajo de la camisa. No podía dejarse llevar por aquel sentimiento, fuera el que fuese, ni permitirse disfrutar de la presencia de Uri. No después de lo que había pasado.
no pudo evitar romper a llorar de nuevo.
Uri la estrechó otra vez entre sus brazos. Viana se abandonó en ellos sin poderlo evitar y permitió que él siguiera acariciándola para consolarla. Cuando cesaron sus lágrimas y el dolor empezó a ser sustituido por algo más grato y apremiante, la muchacha se dio cuenta que también el chico del bosque respiraba entrecortadamente.
—Uri —susurró, maravillada—. ¿Qué estás haciendo?
Lo sabía perfectamente, pero él no parecía estar muy seguro.
—No lo sé. Viana, no sé qué me pasa.
Ella reprimió una sonrisa. Por fin, Uri comenzó a comportarse de acuerdo a la edad que aparentaba.
Y, siguiendo un impulso, hundió los dedos en el cabello del chico y lo atrajo hacia ella. Cuando lo besó en los labios, Uri dejó escapar una brazos y la estrechó contra su cuerpo. Viana jadeo, pero no intento apartarse de él.